En verano es cuando más disfrutamos de nuestro tiempo libre. El buen tiempo y loa planes de verano hace que tengamos una permanente sonrisa en la cara. Aunque no siempre nos guste enseñar nuestros dientes por su estado, cuando la solución es algo tan sencillo como un blanqueamiento dental.
Existen dos tipos de blanqueamientos dentales, los que se pueden realizar en la consulta a través de blanqueamiento dental led y dura unos 45 minutos aproximadamente, y la fase ambulatoria que podemos hacer nosotros en casa, a través de unas férulas (realizadas a medida previamente por un dentista) y un gel blanqueador.
Es posible combinar ambos blanqueamientos mediante la utilización de las dos técnicas anteriormente citadas. Ésta sería la mejor opción ya que se potencian los efectos de cada una de ellas.
Como hemos dicho anteriormente, el blanqueamiento con férulas, se realiza con un gel blanqueador que se coloca en la férula a medida (que se le ha realizado anteriormente al paciente). Se suele aplicar por las noches y debe hacerse durante varios días hasta que el paciente empiece a notar los resultados y siempre bajo supervisión periódica de un profesional.
Éste método es un tanto molesto ya que es incómodo para dormir y el gel deja mal sabor de boca, lo mejor es el blanqueamiento en consulta a través de lámpara láser o led.
El blanqueamiento dental con lámpara láser, además de incluir profilaxis que mejoran la higiene bucal, es más rápido y se comienza a observar un cambio de coloración.
Los agentes empleados son peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida, en concentraciones que van del 10 al 35%. Se utilizan retractores para tejidos blandos, y se pone una barrera en la línea gingival para que el producto no llegue a tocar la encía. Previamente se deben limpiar y secar bien los dientes.
Procederemos a realizar el blanqueamiento colocando gel. Éste activa el peróxido mediante luz halógena o lámpara de diodos. Se deja el gel alrededor de los 45 minutos y, si es necesario, se renueva. Después del blanqueamiento de los dientes, o cuando haya pasado el tiempo máximo de exposición del diente al producto, se procede al lavado de los dientes y se aplica el flúor, para que haya menor sensibilidad.
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