Tras cada comida, cepillamos nuestros dientes (y usamos hilo dental) con el objetivo de conservar nuestra salud bucodental en perfectas condiciones. Sin embargo, según un estudio del Centro Médico de la Universidad Johannes Gutenberg en Mainz (Alemania) no es buena idea hacerlo justo después de haber tomado vino, ya sea tinto o blanco.
Según esta investigación, la acidez del vino daña el esmalte dental, por lo que necesita un tiempo para recuperarse antes de cepillar los dientes. Hacerlo antes de que se recupere, podría acentuar aún más el deterioro. Los vinos blancos tienen un efecto más acusado en el esmalte dental que los vinos tintos.
“Nuestros resultados demuestran que los vinos blancos tienen un potencial erosivo mayor que los tintos. Además, y siempre teniendo en cuenta las limitaciones de un estudio in vitro, también alerta que el consumo frecuente de vino blanco puede conllevar una erosión dental grave”, explica Brita Willershausen, directora de la investigación.
Cuando comemos con vino, lo mejor es esperar un poco antes de cepillarnos los dientes, ya que de lo contrario no ofreceremos al esmalte de nuestros dientes la oportunidad de recuperarse del ataque ácido.
Fuente: ABC Salud