Los dentistas nos avisan que cepillarse los dientes muchas veces y con mucha fuerza puede dañar tus encías y dejar las piezas dentales desprotegidas. Además, también hay que tener en cuenta que algunos compuestos de los enjuagues bucales suelen ser más perjudiciales que beneficiosos para la salud oral. Utilizar el cepillo con fuerza y con movimientos horizontales de forma muy brusca puede causar sangrado en la encía y provocar un desgaste en ella. Estas son algunas de las consecuencias que tendría el exceso de cepillado sin control:
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Desgaste del esmalte. Siempre que los dientes estén expuestos a un cepillado excesivo y brusco se puede producir un desgaste del esmalte dental, que es la capa que protege los dientes ante diferentes agentes externos
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Laceración de encías. Similar a una rotura o desgarro de encías al aplicar excesiva fuerza en el cepillado
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Sensibilidad dental. Cuando se produce un desgaste de esmalte las piezas dentales quedan desprotegidas
Un cepillo dental está formado por filamentos, que pueden estar compuestos por cerdas duras o suaves para dientes sensibles. Si se escoge un cepillo dental de alta dureza, cuando entra en contacto con la superficie de dientes y encías puede ocasionar daños haciendo de ellos unas piezas dentales más sensibles y más vulnerables a la hora de contraer las bacterias que pueblan la boca.
Es muy importante no abandonar el hábito de cepillarse los dientes ni de cualquier implante dental, ya que se aceleraría el deterioro dental. Se pueden provocar manchas blanquecinas y de sensibilidad dental que ya el esmalte se muestra dañado y el diente queda más expuesto.