Uno de los primeros preceptos al nacer radica en la importancia de una correcta higiene bucal, pero realmente es un tema que con el paso del tiempo deja de preocupar. En este punto, es necesario plantearse si tu cepillo de dientes es adecuado para tu boca, pues es una herramienta fundamental para gozar de la mejor salud.
Existen distintos factores a la hora de elegir el cepillo ideal. Tanto los cepillos manuales como los eléctricos tienen ventajas e inconvenientes, pero cada uno se puede adaptar más que el otro a tus necesidades y a la calidad de tu dentadura.
Si te decantas por el cepillo de dientes manual encontrarás beneficios desde primera hora: es más económico y presenta una variedad de modelos de cabezales, mangos y cerdas de todo tipo. ¿Qué tienen entonces de malo? Son menos efectivos que los cepillos eléctricos y si se quiere que sean más efectivos requieren un mayor esfuerzo.
Respecto a su adversario, hay que saber que eliminan hasta 100% más de la placa bacteriana, causante principal de la caries y otras enfermedades bucales; son perfectos para la prevención de la aparición del sarro; son más eficaces en la limpieza de puntos de difícil acceso; requieren menos destreza y esfuerzo, y vienen equipados con un temporizador que los mantiene activos los minutos recomendados por los dentistas para un lavado adecuado.
Por otro lado, presentan una mayor eficiencia gracias a sus cerdas, que se mueven mucho más rápido, con lo cual tu boca estará mucho más limpia en el mismo tiempo. Por último, estos ayudan a eliminar las manchas de los dientes que aparecen a causa del café y el tabaco.
Entonces, ¿qué hay en contra de los cepillos eléctricos? Son más caros que los tradicionales, si bien es cierto que cada vez son más competitivos, y presentan cada vez más modelos, precios y tecnologías para que cualquier persona pueda encontrar el mecanismo que más se adapte a sus necesidades y asegure así una sonrisa fresca y limpia sin esfuerzo.