La preocupación por tener una sonrisa diez es constante, pero en la mayoría de los casos solo nos preocupamos por la salud de los dientes, cuando el estado de nuestras encías también es muy importante.
Por ejemplo, para saber si tus encías gozan de buena salud, puedes basarte en el color. El color adecuado que indica una encía sana es el rosa pálido, mientras que coloraciones que tiendan a ser muy rojas pueden denotar inflamaciones o irritaciones.
Por otro lado, si observas que cuando te lavas los dientes se parece a una película de terror, preocúpate. Esto no se debe a que el cepillo nos haga daño, sino al exceso de placa dental que irrita la encía y produce el sangrado al cepillarla. Además, al contrario de lo que la gente piensa, es bueno cepillar más esa área sangrante.
El sangrado puede ser también alerta de gingivitis, inflamación provocada por las bacterias que forman la placa y el sarro, que se acumulan entre la base de los dientes y la encía produciendo el sangrado. Si este es tu caso, no te preocupes, su tratamiento es sencillo, y tan solo tendrán que eliminar esa placa y el cálculo dental, mediante ultrasonidos y curetas.
Aunque se sigan estos pasos, en casa habrá que mejorar la higiene oral usando otros recursos como la seda y los cepillos interdentales. Además se recomienda realizar todos los días enjuagues con un colutorio que contenga clorhexidina.
Fuente: La Vanguardia