La salud dental de la mujer embarazada afecta directamente a la gestación, ya que las madres que padecen una mala salud bucal son más propensas a sufrir partos prematuros y bebés con bajo peso.
Por este motivo es importante que las mujeres embarazadas presten especial cuidado a la placa y limiten el consumo de alimentos ricos en almidón y azucarados. Es recomendable que las futuras madres acudan al dentista durante el embarazo, ya que la salud dental de un niño comienza en este momento.
Cuando el bebé ya ha nacido es aconsejable tomar la rutina de masajear las encías del bebé. Debe hacerse en repetidas ocasiones durante el día, durante dos o tres segundos como máximo, utilizando el dedo meñique y un paño pequeño y suave (o un cepillo dental de goma para los dedos). Gracias a esta rutina el bebé se acostumbrará a tener objetos en la boca.
Los primeros dientes del bebé suelen aparecer a los seis meses de edad. Por ello, debemos comenzar también a eliminar la placa de las superficies ayudándose de un paso suave, al menos dos veces al día. Especialmente tras cada comida y justo antes de irse a dormir por las noches. Poco a poco, se debe comenzar a usar un cepillo dental suave con una cabeza pequeña y un mango largo. Aunque existen dentríficos especiales, no se deben usar los que contienen fluoruro hasta los 3 o 4 años, edad en la que son capaces de escupirla. Hasta los 7 u 8 años es importante ayudar diariamente a los pequeños con su higiene bucal.
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