El blanqueamiento dental consiste en un tratamiento estético para aclarar el tono de los dientes, cuyo oscurecimiento se debe tanto al paso del tiempo como al desgaste del esmalte e incluso los golpes en la dentadura que pueden provocar cambios en el color. Día tras día, la preocupación por lucir una sonrisa bonita y más joven crece en la población pero, ¿sabemos realmente en qué consiste y cuáles son sus detalles básicos?
Partamos de la base. El blanqueamiento dental consiste en la aplicación de un gel a base de peróxido que penetra a través de los túbulos dentinarios y que genera una reacción de reducción y oxidación con la que se rompen los enlaces de los pigmentos internos del diente. De esta forma, se consigue que el diente se aclare de color.
No existe una serie de sucesos concretos que «obliguen» en cierto modo o que hagan recomendable un tratamiento como este. Cada caso debe ser valorado de forma individual, pero sí que está indicado en todos aquellos que quieran mejorar el aspecto de su sonrisa aclarando el tono de sus dientes. La contraindicación está presente en casos de funciones muy severas consecuencia de la ingesta de ciertos antibióticos en la infancia, como las tetraciclinas, ya que el blanqueamiento no va a ser capaz de corregir estos casos, o en casos en los que los dientes anteriores estén restaurados. Las restauraciones no cambian de color y tras el blanqueamiento del diente natural, puede verse mucho contraste con los materiales de restauración.
No obstante, y pese a alguna contraindicación de las mencionadas anteriormente, es un tratamiento totalmente seguro. En caso de una sensibilidad dental importante, conviene aumentar las revisiones para que no el blanqueamiento no se convierta en problema. La principal precaución que se debe tener durante el tiempo que dura el tratamiento es reducir la ingesta de alimentos con pigmentos que pueden interferir en el curso del blanqueamiento del diente.
A partir de aquí, existen dos tipos de tratamientos, en ambulatorio o en la clínica. El ambulatorio en la clínica tiene el mismo mecanismo de acción, solo que se lleva a cabo aplicando el producto de tal forma que se aprecia el efecto más deprisa que cuando se hace en casa, en el que se van observando resultados más progresivamente.