Como todos sabéis, el enjuague bucal es un complemento del cepillado, pero puede haber más razones para usarlo, algo que también depende del tipo. Hoy, desde Dental Icaria, os hablamos de ello.
¿Para qué se usa el enjuague bucal?
El enjuague bucal puede usarse para el saneamiento de encías, por higiene bucal, problemas de halitosis, caries, hipersensibilidad dental… Las razones son numerosas y se dan, fundamentalmente, por motivos de uso por tratamiento médico o por higiene bucal diaria.
Tipos de enjuagues bucales que podemos encontrar
Podemos encontrar tres tipos en función de la necesidad que tengamos:
- Enjuagues bucales estéticos: Se usan para tener buen aliento y que se eliminen los restos de comida que pueden quedar tras el cepillado.
- Enjuagues antisépticos: Son los colutorios con clorhexidina que ayudan a tratar y prevenir la gingivitis, hipersensibilidad, desinfección, periodontitis y protegen la placa bacteriana. Normalmente los receta un especialista y su uso no debe durar más de 10-15 días.
- Enjuagues con flúor: Sirven para combatir la caries y proteger los dientes.
¿Cómo debe usarse el enjuague bucal?
Lo idóneo es que no se utilice más de 2 veces al día y lo idóneo es que sea después del cepillado para que no se pierda el efecto de éste. La cantidad de enjuague debe ser la recetada por el especialista o la marcada en el prospecto. De igual forma, hay que tenerlo entre 30 segundos y un 1 minuto en la boca.
Tampoco hay que mezclarlo con agua y que, una vez que esté abierto, hay que renovarlo cada 12 meses si no se ha gastado. No obstante, hay que recordar que su uso excesivo puede ocasionar distintos efectos, como hipersensibilidad, boca seca, eliminación de bacterias saludables, manchas o alteraciones del gusto.