Hidroxiapatita. Es el mineral más duro que podemos encontrar en nuestro cuerpo y, aunque está presente en los huesos, se concentra en mayor cantidad en el esmalte dental. Pero lo más importante de este mineral, es que si no estuviera presente, no podríamos comer ni masticar los alimentos, ya que su función, recubrir el diente, es fundamental para que éstos no se dañen con los ácidos presentes.
Este mineral recubre completamente el diente, pero en diferentes espesores. Su densidad va creciendo según se aproxima a la corona de las muelas o la cúspide de los caninos y los incisivos. Ésta varía entre 2 y 3 milímetros. Este mineral es transparente por lo que deja pasar el color de la dentina, la parte interna del diente. La dentina puede ser desde blanca hasta gris azulado ya que el color de la dentina viene determinado genéticamente.
El ser humano no tiene la capacidad de regenerar el esmalte dental una vez dañado, por lo que se suelen utilizar pequeños parches de composite o de resina. Aunque hoy podemos decir que en Japón se están investigando diversas técnicas para recuperar el esmalte con el mismo material, ya que según el médico que coordina el proyecto esto evitaría tener que utilizar sustancias ajenas al organismo.